VAQUEROS: Su éxito reside en que pueden combinarse absolutamente con todo para lograr looks casuales, con zapatos planos, camisetas y jerseys; o más arreglados, mediante unos stilettos y cualquier camisa o camisetas brillantes, de pedrería o lentejuelas. Además, hay tejanos de todas las formas: pitillo o rectos, para las más sofisticadas; acampanados, para las de estilo hippie; e, incluso, cortos, para lucir piernas en verano.
CAMISA BLANCA: Hay muchas formas de llevarla, ya sea con pantalones de pinzas, de tiro alto y acampanados, con faldas de tubo, vaqueros, etc. Al igual que podremos usarlas lisas, con chorreras, puntillas, de manga corta, larga, francesa... Lo mejor es encontrar una con la que estemos cómodas y defina nuestro estilo, así podremos conservarla muchas temporadas.
VESTIDO NEGRO (largo medio): En su sencillez reside su versatilidad, puesto que podemos llevarlo con zapato alto o bajo, acompañarlo con joyas de brillantes para una fiesta, sin apenas complementos para trabajar, o mezclarlo con otros colores adecuándolo a las tendencias que primen en ese momento.
ZAPATOS: Los zapatos cuentan con dos básicos atemporales: los salones y las bailarinas. El primero, es siempre de tacón, aunque los centímetros de altura son a nuestra propia elección. Los colores neutro, negro y nude, son la mejor elección, pero lo primordial es que podamos aguantarlos durante muchas horas.
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