Las puertas correderas son una magnífica solución para ahorrar espacio, comunicar estancias, ocultar pasos… En el mercado podemos encontrar diferentes tipos entre los que podremos elegir en función de nuestra necesidad.
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El anclaje interior (empotrado): La puerta queda oculta entre dos tabiques una vez abierta. Tiene la ventaja de que no necesitamos conservar un espacio de pared vacío para permitir su apertura. Las guías por las que se desliza quedan ocultas entre los tabiques, por eso si se estropeara, habría que derribar el tabique para poder acceder a la puerta y poder repararla.
Otras ventajas de las puertas correderas es que sólo requieren una reducida altura de dintel y que no producen ninguna carga adicional del tejado.
Dentro de este tipo de puertas, existen diferentes tipos de puertas según la estética y el tamaño de la puerta:
Una hoja (una puerta):
Doble hoja (doble puerta):
Como veis hay mucho donde elegir y el precio suele ser muy variado.
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